sábado, 25 de agosto de 2007

La democracia de la cocina.

Francisco J. Laporte Derves
No hay conversación entre los ciudadanos comunes y corrientes que, al tener alguna dificultad, no pensemos en alguna solución y queramos proponerla a los otros. Muchas de esas proposiciones se refieren a los grandes problemas nacionales o de la comunidad local; pero nuestro sistema impide que los simples mortales podamos aportar nuestros sueños. Nuestro ordenamiento institucional supone que determinados ciudadanos, al momento de ganar una elección popular, son ungidos por la sabiduría plena para decidir qué hacer con la vida de todos. Lo peor es que estos representantes se lo creen.
La democracia es responsabilidad de todos, nos dicen; y cuando se trata de practicarla, nos llaman a seleccionar de una lista ya preseleccionada a quienes pueden pensar y dar soluciones.
Quiero repetir aquí un cuento de Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo. Galeano escuchó un diálogo entre un cocinero y una gallina, un pavo, un ganso y otras aves:
El cocinero, en un arranque de democracia, les preguntó a las aves: ¿con qué salsa quieren ser cocinadas?
La gallina, ya que le daban la oportunidad de opinar, se atrevió a decir: ¡nosotros no queremos ser cocinados!
El cocinero contestó: ¡eso no es la cuestión ahora, les pregunté con qué salsa quieren ser cocinados!
A veces me ilusiono con el cuento de la libertad y la democracia, con que el Poderoso nos encanta de vez en cuando, y me atrevo a pensar por mí mismo. Escuché a algunos soñadores una propuesta para profundizar lo que creemos, es la democracia en Chile y me pareció bastante sensata. Se las cuento, en una de esas los soñadores somos más y podremos transformar la penosa realidad que vivimos:
Establecer el Plebiscito obligatorio y vinculante, como una forma de posibilitar que cada uno de los ciudadanos pueda opinar sobre los proyectos más decisorios para la vida en sociedad. ¿Saben Uds. que si se decidiera, por ejemplo, entregar territorio a Bolivia o Perú, eso lo deciden 1 Presidenta, 120 Diputados y 38 Senadores; en total, 159 personas entre 15.000.000 de chilenos? ¿Saben Uds. que si se reforma el Plano Regulador de Los Ángeles, es decidido por 9 personas, de los 150.000 htes. de la Comuna?
Establecer la revocatoria de las autoridades electas, para responsabilizarlos políticamente de cumplir lo que prometen que harán. Si un trabajador, público o privado, hace mal su trabajo puede ser despedido por sus patrones o jefaturas. ¿Por qué no puede ser despedido un funcionario electo, que hace mal su trabajo, si somos nosotros los que le pagamos?
Establecer el origen ciudadano de proyectos de Ley, para posibilitar la participación ciudadana en los destinos del país. ¿Por qué sólo los parlamentarios y la Presidenta de la República (las mismas 159 personas de antes) pueden proponer leyes y no los ciudadanos que estamos directamente involucrados en los problemas a que dan solución las leyes? ¿Por qué sólo este puñado de personas tienen el derecho a equivocarse y no el resto de los ciudadanos?
Estas ideas parecen utópicas, hoy; pero si somos muchos los que las demandamos, serán realidad a corto tiempo. Por de pronto, la Presidenta de la República envió al Congreso un proyecto de Reforma de la Constitución para posibilitar el origen ciudadano de los proyectos de ley. Según ese proyecto podríamos, los simples ciudadanos, presentar, como la Presidenta y los Parlamentarios, un Proyecto de Ley para ser discutido por los especialistas y parlamentarios. Sobre esta iniciativa, que yo sepa, ningún medio de prensa ha hablado, tampoco ningún parlamentario, ni ningún funcionario de ningún tipo. ¿Por qué será? ¿Cómo podríamos obligar a nuestros parlamentarios a que discutan y aprueben esta ley en el corto plazo?
Si todo esto se concretara tal vez continuaríamos cometiendo errores en la toma de decisiones; pero serían "nuestros" errores. Y los aciertos serían "nuestros" aciertos. Y…, no tendríamos que agradecérselo a nadie.
Si esto se concretara, las aves que van a la cocina, tendrían voz sobre lo fundamental (¡su vida!) y no sólo sobre lo accesorio (¡la salsa con que serán cocinadas!).
Si esto se concretara, no sólo tendríamos derecho a voto para que otros decidieran por nosotros, sino que tendríamos decisión sobre lo fundamental de nuestra vida en sociedad.
Los Ángeles, 20 de Agosto de 2007