martes, 24 de junio de 2008

EDUCACIÓN Y EDUCACIÓN.

“Ninguna sociedad opresora podría soportar que los oprimidos comiencen a preguntarse por qué?”
Paulo Freire.
"El que tiene un para qué para vivir puede soportar casi cualquier cómo".
Friedrich Nietzsche
El ser humano es la única forma de vida que puede llegar preguntarse ¿Por qué? y ¿Para qué? Quienes se hacen estas preguntas pueden construir mundos; quienes no se las hacen no tienen futuro.
La Educación consiste en proveer, o no, a la sociedad a través de sus individuos integrantes, las herramientas cognitivas para hacerse estas dos preguntas.
Hay una estructura escolar tradicional que propende a negar la posibilidad de preguntar, se limita a adiestrar, a instruir, a “depositar” en el cerebro del educando los saberes, que se pretenden eternos, para la conservación de la sociedad. Es una formación para que nadie se pregunte por qué, al menos los por qué fundamentales. ¿Por qué unos educandos no alcanzan a “aprender” y otros sí lo hacen?¿Por qué, casualmente, los que “no aprenden” son los más pobres y marginados?¿Por qué los afortunados son los que provienen de familias económicamente poderosas o los que no hacen preguntas comprometedoras?¿Por qué el que hace preguntas es molesto y “conflictivo”? Es claro, si de las preguntas pasan a darse respuestas que no coinciden con el “stablishment” del modelo de poder dado, lo que estamos haciendo es producir elementos “conflictivos”, con preguntas y respuestas “inconvenientes”.
Esa es la educación que hoy día está en cuestión, la estructura educacional no responde a las necesidades de la inmensa mayoría de jóvenes que provienen de los segmentos sociales más deprivados; es por eso que la escuela es “una lata”.
Ayer, cuando los que accedían a las escuelas eran sólo los que se adaptaban al modelo para administrarlo o para someterse a él aceptando “su lugar en el mundo”, la escuela respondía a esos intereses y necesidades y no tenía mayores problemas. Sólo en los ’60 y ’70 cuando se expande la cobertura y comenzamos a llegar a las escuelas y universidades grupos crecientes de niños y jóvenes de las marginalidad social y comenzamos a preguntar y responder, la sociedad se estremece con Francia ’68, Tlatelolco ’68, con la Reforma de “El Mercurio miente”.
Hoy los jóvenes marginales que van a escuelas para marginales y algunos jóvenes que van a escuelas para el éxito, vuelven a preguntar los por qué y para qué de esta estructura educacional; es cierto que aún sólo tienen las preguntas y no las respuestas.
¡En su búsqueda andan!
No, no son “ignorantes supinos” como plantea el Dr. Correa (La Tribuna, página editorial 20 de junio) son jóvenes que se preguntan por qué y para qué, sólo los que tienen los recursos para pagar la instrucción pueden tener oportunidades en la vida; por qué y para qué tienen que vivir en una sociedad cuyo único objetivo es “ganarle” a otros; por qué no es posible pensar en una sociedad distinta en que todas y todos podamos tener la oportunidad de ser felices; por qué y para qué sólo perseguimos la riqueza y no construimos una sociedad en que la felicidad se logra, no por el tener sino por el ser.
Esta otra educación es posible, aquella que problematiza el mundo y entrega a los hombres y mujeres las herramientas cognitivas necesarias para preguntarse, preguntar y responder, desde sus propias historias personales, las preguntas y respuestas claves para construir una sociedad inclusiva e inclusora. Una sociedad en la que todas y todos tengamos cabida.
Quienes asumimos la educación como una forma de “liberación del oprimido”, la que provee a los ciudadanos de las herramientas necesarias para su “concienciación”[1] y su liberación, como herramientas fundamentales para construir una sociedad distinta, donde todas y todos, tengamos la posibilidad de ser felices; entendemos que todas y todos tienen la capacidad de aprender, que todos y todas aprendemos.
Total entre sabio y zafio sólo hay un fonema de diferencia, y la mayor parte de las veces los grafemas z y f están del lado de los cegados, voluntaria o involuntariamente, para ver la realidad.
[1] Concienciación, proceso definido por Freire como el abrirse la conciencia del oprimido a su comprensión como tal y críticamente cuestiona la alienación que produce la sociedad de dominados y dominantes. Es la conciencia crítica, que se opone a la conciencia ingenua de quienes pretenden, contensiosamente “concientizar”.
Los Ángeles, 23 de junio de 2008.