viernes, 4 de julio de 2008

Globalización: desafíos para la EIB

DISCURSO INAUGURAL
VI CONGRESO LATINOAMERICANO DE EDUCACIÓN INTERCULTURAL BILINGÜE.
"GLOBALIZACIÓN: DESAFÍOS PARA LA EIB".
TEMUCO, 25 de OCTUBRE de 2004
FRANCISCO J. LAPORTE DERVES
AUTORIDADES, SRAS. Y SRES,
A comienzos del tercer milenio, estamos realizando este Congreso "Globalización: Desafíos para la EIB" porque hemos tomado conciencia que los modelos de convivencia construidos en los milenios anteriores, son modelos de exclusión, de amenazas, de distinciones entre los que pueden y los que no pueden, entre los que están dentro de los límites de un mundo posible y los que están fuera, en un mundo imposible. Estamos tomando conciencia de la angustiante inseguridad en que vivimos por el desarrollo de la ideología del individualismo, el no importa nada, el "sálvese quien pueda".
Sin embargo, afirmo, otro mundo es posible, sólo a condición de que la escuela asuma su rol de vanguardia de la construcción de ese otro mundo.
Permítanme Uds. contarles algo personal, algo de mi infancia: mi pueblo está dividido en dos partes: Este Lado, al oriente, y el Otro Lado, al poniente de la vía férrea. Cuando un niño de Este Lado va al Otro Lado, sigue diciendo que vive en Este Lado. En Este Lado, vivía yo cuando niño. En Este Lado estaba la Escuela más grande, la Iglesia y la Plaza. En el Otro Lado había una Escuela pequeña, una capilla y el cementerio. Era otro mundo.
¡Cuidado!,- decían nuestras madres- anda gente del Otro Lado.
En Este Lado vivíamos niños pobres y algunos niños ricos: la hija del dueño del Hotel, el hijo del almacén-tienda-ferretería. En la Plaza nos juntábamos a jugar con la pelota "de casco" del hijo del almacenero y, algunas veces, cuando se descuidaba la niña del hotel, nos prestaba su triciclo (máquina compleja y extraña que nos llamaba especialmente la atención y despertaba nuestra admiración por la tecnología y la riqueza de la niña).
Un día cualquiera, llegó Javier, venía del Otro Lado. Sin embargo, aprendió luego a jugar con la pelota del Almacén, con el triciclo y hasta a recitar de corrido el padrenuestro para tener derecho a los chocolates de Cáritas, que repartía el Cura. Pronto fue un niño de Este Lado. Era muy inteligente.
Corriendo el tiempo, casi pasadas las extrañas sensaciones de la pubertad, alguien descubrió que al Otro Lado existían unas adolescentes de largo pelo negro y sonrisas misteriosas. Pasamos la línea férrea y fuimos descubriendo que no sólo existía la pelota de casco, sino que se podían hacer pelotas con un calcetín y la estopa de los colchones, que jugar a la pelota sin zapatos era más entretenido, y las adolescentes de ojos luminosos y labios exuberantes nos hicieron conocer unos rincones maravillosos, saliendo, hacia el campo.
En ese momento decidimos, los de Este Lado y los del Otro Lado, tomar el límite en la línea férrea e irlo a tirar más allá las últimas casas del pueblo, más allá del río y las lagunas, de modo que quedara dentro de él todo el caserío y dejamos de llamarnos de este o el otro lado. La niña del triciclo se enamoró de alguno y alguno se enamoró de ella.
Javier fue incluido en Este Lado y para lograrlo, debió asumir el modo de vivir nuestro, incorporar nuestra cultura, se constituyó en uno de los nuestros. Javier, debió sufrir la anomia, la pérdida de su identidad para sentirse acogido.
Los adolescentes del Otro Lado y los de Este Lado, continuamos siendo, y haciendo, lo mismo que éramos antes de trasladar el límite hasta el extremo del Pueblo; pero, a partir de ese instante, comenzamos a tener significado unos para los otros. Ellas, ellos y nosotros, nos sentimos enriquecidos por la existencia de los otros: nosotros aprendimos que la hojota resistía mejor que los zapatos la continua pichanga en las calles; ellos, aprendieron a comer fruta en la quinta del italiano sin que el perro se diera cuenta.
Hay quienes piensan que el camino para resolver las diferencias que nos distinguen, es incorporar al otro a lo que somos nosotros, y utilizan la Educación como el medio "civilizatorio" compulsivo a que nos acostumbró la invasión europea.
Quisiéramos que la propuesta escuela intercultural bilingüe, sea una contribución efectiva a la convivencia en el Planeta. Al encuentro de los unos con los otros desde la legitimidad que nos da ser seres humanos. A que cada una de las personas, comunidades humanas, desde su particular cosmovisión, esté contribuyendo a la construcción de un mundo global, en el que el ser distinto no sea una amenaza, un "desafío" , sino que sea la gran ventaja que proyecte a la humanidad, en un mundo posible para todos y todas.
Eso es posible, si estamos en condiciones de imaginar una escuela que se transforme en un escenario de convivencia, que adelante el mundo nuevo inclusivo, acogedor, en que la racionalidad se transforme en co-racionalidad, en relaciones humanas desde las afectividades. La razón, transformada en co-razón, corazón, si Uds. quieren. Una escuela en que los límites perimetrales no sean una barrera para el encuentro con el otro y su comunidad. Queremos una escuela constructora de futuro, capaz de instalar en las comunidades los saberes necesarios para expandir los límites de la convivencia hasta incluir a toda la humanidad.
A eso los invitamos en esta reflexión que iniciamos en este instante.
Bienvenidos.